Colección Maldición de Laurinaga
Cuenta la leyenda...
Cuenta la leyenda de Erbania, isla de Fuerteventura, que fue maldecida a permanecer árida y desierta. Tras la invocación de los dioses guanches al grito de una madre rota por el dolor, la petición de condena fue concedida cuando esta descendió los ojos y los depositó en el rostro del asesino de su hijo. Aquel miserable, señor gobernante de la isla, trastabilló y se dobló ante el tronar de los dioses en respuesta a la desgracia de la madre. Cuenta la leyenda que, cuando pudo enderezarse, comprendió que el yaciente a sus pies, muerto por sus manos, se trataba de uno de sus vástagos. Abrió la boca dispuesto a suplicar el perdón de la madre, pero esta, de nombre Laurinaga, volvió a clamar a los dioses implorando justicia. Se levantó un viento de fuego entonces que arrasó con el verdor de la isla, hizo agonizar a las flores y arenó a las montañas de infértiles extensiones para sentenciar al lagarto y la araña como únicos habitantes de Erbania. Se secaron los arroyos y las lagunas, y los dioses guanches prohibieron a las nubes nutrir la tierra. Vagó sobre Erbania maldición de hambre, sed y agonía. Una isla con sentencia firme a desaparecer como pago a la desgracia de Laurinaga.
Crimen, misterio, violencia. El lado más sombrío de la realidad.
Colección Maldición de Laurinaga es la línea editorial dedicada a la novela policial y subgéneros, donde el misterio, la tensión y la búsqueda de la verdad lo dominan absolutamente todo.
Aquí se investiga el crimen, se persiguen las sombras humanas y se desvela el lado más oscuro de la sociedad. Desde el clásico whodunit hasta las pesquisas psicológicas más inquietantes de la novela negra, la novela policial clásica o detectivesca, el thriller policíaco o judicial, el True crime novelado, el domestic noir.
El miedo se arraiga en lo humano, en la culpa, la obsesión, la violencia o la ambigüedad moral. No siempre hay justicia, pero siempre hay consecuencias. Quien entra en la colección de Maldición de Laurinaga busca verdades... y casi nunca sale indemne.