Doña Emilia Pardo Bazán, conocida también como Condesa Pardo Bazán, título que le otorgó el rey Alfonso XIII a su padre, nació en una familia gallega noble el 16 de septiembre de 1851, en Madrid. Fue mujer novelista, poeta, periodista, ensayista, crítica literaria, traductora, Conferenciante introductora del naturalismo en España, dramaturga y editora; feminista precursora que reivindicó los derechos de la mujer y la importancia de su instrucción como principio fundamental del porvenir del género. Su padre, José María de Pardo Bazán, creyente de los derechos de la mujer y fiel progresista, le proporcionó a su hija una educación que fomentó su amor por la literatura. Educada en casa, comenzó a escribir pequeños relatos con apenas diez años. Una de sus primeras novelas, Aficiones peligrosas, la escribió cuando solo tenía trece años. Su formación se basó en idiomas, literatura, historia y filosofía. No pudo asistir a la universidad porque estaba prohibido para las mujeres a finales del siglo XIX. En 1879 Se publicó su primera novela, Pascual López: autobiografía de un estudiante de medicina. A pesar de sus intentos por entrar en la Real Academia Española, jamás se aceptó su solicitud, tal y como le había sucedido a Gertrudis Gómez de Avellaneda, con la respuesta de que no podía pertenecer a la RAE «porque es cosa de hombres». Emilia se lo tomó con humor y respondió: «Si los señores académicos no quieren verme entre ellos porque dedican las sesiones a contar chistes verdes, cometen un error: yo me los sé buenísimos». 

La vida de Rosalía de Castro fue breve como una centella, pero su literatura fue un deslumbrante relámpago que aún reluce en el cielo de las letras. Nació en Santiago de Compostela una madrugada de 1837 para convertirse en una escritora que destacó por sus versos, aunque también cultivó la prosa, de hecho, varias son las novelas que figuran en su bibliografía.
En 1859, cuando contaba 22 años, publicó la novela La hija del mar. En su prólogo defendió la igualdad entre el hombre y la mujer, citando a destacadas predecesoras en diferentes ámbitos. En 1861 publicó la novela romántica Flavio, y en 1867 llegó El caballero de las botas azules. Tres obras que hoy se reúnen en una trilogía titulada Ausencia, dolor y vanidad.
La luz de Rosalía se apagó demasiado pronto. Fue en 1885, a los 48 años. Aunque no para siempre, pues el trazo que dejó su pluma sigue brillando más de un siglo después, y hoy es considerada, junto a Gustavo Adolfo Bécquer, la voz poética más alta de la lírica española del siglo XIX y una gran defensora de los derechos de la mujer.