Sofía Marrero Hernández

 

Sofía Marrero Hernández (San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, 1998) es una joven ilustradora y tatuadora. 

Tras finalizar el Bachillerato de Artes se especializó en Ilustración, formación que ha ido ampliando con la realización de numerosos cursos. 

Su carrera gira en torno a cuatro ejes que Sofía considera fundamentales: la ilustración, el cómic, el storyboard y los tatuajes. 

Entre sus trabajos destacan Tigrillo, un cuento infantil que ha sido reeditado por Ediciones Tilo, numerosos fanzines, ilustraciones, tatuajes y una baraja de cartas inspiradas en elementos y vestimenta característicos de las Islas. 

Sofía también ha participado con algunas de sus obras en varias exposiciones entre las que se encuentran Ilustradoras & Ilustradas, organizada por la Fundación Cine + Cómic,  la Exposición Colectiva Artetipos, organizada por la Concejalía de Cultura de Arona, posteriormente expuesta en el exconvento de Santo Domingo y la exposición más reciente organizada por el Centro Ciudadano de San Diego. 
Puedes encontrar a la artista en Instagram: @sofiarte_mh

Entrevista

Sofía Marrero Hernández, ilustradora y tatuadora

Por Germán Vega

«El dibujo ha sido un compañero fiel. Jamás me ha abandonado» 

Sofía tuvo la amabilidad de desplazarse a Gran Canaria desde Tenerife para realizar esta entrevista. Un saltito desde San Cristóbal de La Laguna hasta Las Palmas de Gran Canaria que yo agradecí de veras, porque tenía muchas ganas de charlar cara a cara con esta joven y talentosa artista. 

Sofía me encontró sentado en uno de los escalones de la plaza Saulo Torón. Pronunció mi nombre y la miré desde abajo. En cuanto me levanté, me sorprendió con un abrazo que me llenó de energía positiva. Su alegría y sus ganas de comunicar la superaban. Una vez sentados en uno de los muchos locales del paseo de Las Canteras, pudimos poner un poco de orden a tantas preguntas y respuestas, pero antes ya me había quedado claro que iba a ser una charla muy interesante.

¿Cómo surge en ti el gusto por el dibujo y la ilustración? 

Desde que tengo uso de razón me ha gustado dibujar. Supongo que ha sido un salvavidas para poder comunicarme. Me diagnosticaron autismo siendo muy pequeña y no comencé a hablar hasta los seis años, aproximadamente. Poder comunicarme a través de los dibujos fue también una forma de demostrar que no era un bicho raro. El dibujo siempre ha sido un compañero fiel que jamás me ha abandonado. Comencé con el realismo y llegó un momento en el que mi profesor me dijo que ya no tenía nada más que enseñarme.  

Se ha mencionado la existencia de cuatro ejes que rigen toda tu creación artística: ilustración, comic, storyboard y tatuajes. ¿Cuál de ellos te ocupa más tiempo ahora mismo?
Ahora me ocupa más tiempo la ilustración y el cómic, pero también el tatuaje. El storyboard no tanto. De todos modos, en el mundo artístico necesitas tener formación en varias cosas, abarcar diferentes campos. Yo estoy abierta a cualquier oferta de trabajo relacionada con todo esto, o al menos es lo que pienso. Donde esté el trabajo, ahí estaré yo. Tengo mucha capacidad de adaptación. El mundo artístico no me abandona, siempre va conmigo.  

¿Y cuál de esos ejes te gusta más a la hora de trabajar?  
 No tengo una clara preferencia. Tatuar me relaja mucho. Es como si entrara en trance. Me concentro en lo que hago y es un modo de relajarme. En ilustración, me gusta trabajar en físico más que en digital. Me gusta mancharme las manos. Lo digital está bien, pero considero muy importante saber trabajar en físico con rotuladores, acuarelas, tintas, grafitos…   

¿Y te atreves con el óleo?  
Solo lo intenté una vez. Lo malo del óleo es la toxicidad de los productos. Tienes que trabajar en espacios abiertos, aireados. Pero si tuviera que hacerlo por algún trabajo, lo haría sin problema.    

¿Cómo te iniciaste en el tatuaje? ¿Has recibido formación específica para ello?   
 Me gustaban los programas de tatuadores. Un amigo mío se inició en un curso en el que enseñaban los conceptos básicos y me animé. Me apunté a un curso organizado por Danny Da Silva y después realicé las prácticas de ilustración en un estudio de tatuaje. También hice un curso técnico sanitario y me preocupé en investigar y formarme sobre la cicatrización y ese tipo de cosas. —Sofía me muestra un tatuaje de cáncer, su símbolo zodiacal, que ella misma se hizo en su tobillo izquierdo. Quedo impresionado, porque es la primera vez que veo un autotatuaje.  

Te has atrevido hasta con la creación de una línea de acuarelas metalizadas. ¿Cómo va eso?  

 Ahora mismo lo tengo parado. Tal vez lo retome cuando tenga más tiempo. Es que las acuarelas metalizadas son muy caras y se me ocurrió probar a hacerlas yo misma. No estaban mal, pero no he continuado haciéndolo por falta de tiempo.   

«La imperfección nos hace únicos»

En muchas de tus publicaciones sueles mencionar los fallos que cometes o la necesidad de mejora en algunos trabajos? ¿No eres demasiado exigente contigo misma?    
 Hay ocasiones en las que quizá sí lo soy. Intento ser sincera conmigo misma. Eso me ayuda a mantenerme firme y mostrar a la gente que no está mal cometer fallos. Lo realmente importante no son los fallos que cometes, sino lo que tú vas a hacer al respecto. Si aprendes de eso, habrá servido para algo.   

¿Qué es la perfección para ti?   
Para mí no existe, o al menos está sobrevalorada. La imperfección no está mal. De hecho, la imperfección nos hace únicos. Es algo parecido a la normalidad. Se suele hablar de la gente que tiene problemas y de la gente normal. Como si los primeros no estuvieran entre los segundos. La cuestión es: ¿qué es lo normal? Nadie es normal. Lo normal se suele entender como lo más común, pero lo más común no tiene por qué ser lo mejor o lo más deseable.  

«No debemos tener miedo a ser como somos» 

¿Qué te dice este párrafo?: «Quiero que seas fuerte, inteligente, con las ideas claras y, sobre todo, que seas tú misma. Sé que no va a ser fácil, que vas a tener dudas, momentos de bajona, y que cada persona tiene su ritmo, pero no estás sola. Sé la mujer que quieres ser sin miedo». —Sofía hace memoria con una sonrisa pícara.  

 

Creo que lo escribí acompañando uno de mis dibujos en una publicación. Muchas de las frases que incluyo en los dibujos son creadas por mí. Lo hago casi de manera inconsciente. Es un mensaje de la importancia de ser nosotros mismos en todo momento. De no tener miedo a ser como somos. 

La mayoría de tus dibujos representan mujeres, chicas jóvenes. ¿Algo que declarar al respecto? 
 

Suelo dibujar basándome en los trabajos que van saliendo. En realidad, me gusta más dibujar a personajes masculinos. La anatomía femenina ya me la conozco, porque soy mujer. Recuerdo que durante la pandemia, junto con algunas de mis amistades del mundo artístico, estuvimos haciendo sesiones de dibujo al natural de la mano de la cuenta de Vimeo de Croquis Cafe, donde se subían vídeos de distintos modelos posando. Mejoré bastante en la anatomía en general, pero en especial en la masculina.   

¿Qué es Ink Stories? ¿Y Tahod? 
Yo soy un culo inquieto —dice con una amplia sonrisa—. Tengo unas seis historias desarrolladas que trabajaré en dos líneas principales: la canaria (mundo real) y la fantástica (mundo creado por mí). Trato de poner en formato cómic la vida canaria. Ink Stories es una obra que realicé en su momento a partir de un inktober, un reto de tinta, para practicar la narrativa en el cómic, pero me lo tomo con calma. Tahod es un cómic basado en el personaje de Tahod Quintana Rodríguez, un chico que padece heterocromía —una anomalía en la que el iris de ambos ojos es de distinto color—. Tahod va a entrar en la escuela de arte y oculta sus ojos tras unas gafas de sol para evitar que los demás se den cuenta de que es diferente. Este sí tengo intención de desarrollarlo más.    

¿Cómo se te ocurrió diseñar una baraja con motivos canarios? 
Después de hacerlo, me enteré de que no era la primera vez que se hacía. Surgió durante la pandemia. En casa nos aficionamos a jugar al cinquillo. Me parecía un juego muy simple, pero muy divertido. Observando la baraja con la que jugábamos, me di cuenta de que el diseño dejaba mucho que desear y entonces me planteé la posibilidad de realizarlo yo misma. La baraja ha tenido mucho éxito. Se repartió entre los centros ciudadanos y fue muy bien acogida.

¿Qué significa tu logo?  
  Representa una máscara de tigre, que es mi horóscopo chino, con dos colgantes con el signo de cáncer, mi signo, y con una pintadera canaria. La máscara, que uso en mi icono de perfil de Instagram y aparezco ilustrada con ella, representa que tengo voz y voto, que estoy aquí y puedo decir lo que pienso.   

Háblanos un poco de las exposiciones en las que has presentado parte de tu trabajo: expusiste en el Parlamento de Canarias con cien artistas isleñas, en el Centro Cultural Los Cristianos, estuviste en la exposición Ilustradoras e Ilustradas de la mano de la Fundación Cine + Comic, expusiste en el exconvento de Santo Domingo y la exposición más reciente organizada por el Centro Ciudadano de San Diego. ¿Ha dado frutos participar en estas exposiciones desde el punto de vista del reconocimiento?   
Las exposiciones ayudan bastante, porque te dan a conocer. El boca a boca también ayuda mucho. La de San Diego significó retomar lo que la pandemia no me dejó terminar. Estuvo genial. Todas las exposiciones, tanto colectivas como en solitario, han sido muy enriquecedoras. 

«Tigrillo es una historia de integración»

 En junio del año pasado anunciaste en las redes la presentación de Tigrillo y su distribución por los colegios de La Laguna de manos de la Concejalía de Educación. ¿Qué es Tigrillo y cómo fue la acogida? 
Tigrillo nació como un pequeño proyecto durante el segundo año de Ilustración. Es un álbum ilustrado en el que las imágenes cuentan toda la historia, sin texto. Es una historia de integración. A la gente le ha gustado mucho, por lo menos eso es lo que he visto en cada centro en el he estado dando las charlas. 

En ese anuncio comentaste que presentarlo a una editorial no sería mala opción. Y surgió la oportunidad. ¿Cómo contactaste con María Yuste, la editora?  

Contacté con María en la Feria del Libro de La Laguna, el año pasado. Yo había ido a la presentación del libro La senda del cruzado, de Samuel Tejera Ávila. Salomé, su pareja, me comentó que había varios stands de editoriales. Me acompañó mi madre a visitarlos, y el primero que visité fue el de Ediciones Garoé. María y yo tenemos algunas cosas en común y congeniamos muy rápido. Ella se interesó por el proyecto y a mí me pareció increíble que una editorial hiciera eso. Por lo general, que una editorial se interese por tu trabajo es bastante más complicado. Yo ya había presentado Tahod a algunas editoriales, pero sin éxito. Existe una barrera invisible, el trato es muy frío. Ediciones Garoé me trató muy bien, son muy amables y muy serios. 

 

Y además, esta reedición, que se hará a través de Ediciones Tilo, también dirigida por María Yuste, contará con la ampliación del número de ilustraciones, ¿no?

Sí. Teníamos la idea de cerrar el círculo y lo he conseguido con las nuevas ilustraciones. Se incluyen, además, fichas con las peculiaridades de los personajes y se introducen otros elementos en el cuento, como las galletitas y las huellas de todos los personajes al final. 

La diversidad de los personajes no es casualidad y lleva implícito un claro mensaje. ¿Puedes explicarlo?  

Tenía claro que el personaje de Tigrillo fuera representado por un tigre, por la simbología de las rayas y porque suele percibirse como un animal peligroso, traicionero y malo. A mí, sin embargo, me gusta mucho. Por su parte, Ellie es adorable y tiene una simbología contraria a la del tigre. Es una conejita de la raza belier. Los demás personajes los creé un poco al boleo para dar más naturalidad al grupo. El mensaje que quiero transmitir es que cualquier persona puede ser Tigrillo o Ellie. Da igual la procedencia y las circunstancias personales de cada uno. Todos tenemos derecho a ser aceptados, a ser integrados en la sociedad. 

«La Escuela de Arte me hizo mucho bien. Me enseñó el amor propio»  

¿Qué te dice la fecha del 2 de abril? Sofía duda unos instantes. Le recuerdo qué se celebra ese día. 

¡Ah!, el Día Mundial del Autismo. Siempre se me escapa, aunque no debería. Es una fecha de concienciación. Yo intento poner mi granito de arena para reivindicar que se les dé confianza y una oportunidad de integrarse a todas las personas que lo padecen. Que se les dé la oportunidad de realizar sus rutinas. Una de las cosas que echo en falta es la naturalidad y la cercanía de la gente con las personas autistas y con cualquier persona que se salga de lo «común». No se trata de rendirles pleitesía, sino de acercarse, conocer la realidad de las personas con este espectro con las que tengas que relacionarte.  

¿Y tú?, ¿te consideras integrada?  

Hoy en día, sí. Pero, cuando era pequeña, era consciente de que la gente me veía como un bicho raro, que no me entendía. Hubo gente de aquella época que después se redimió, pero otros nunca cambiaron. Algo que tengo que agradecer a la escuela de arte es haberme enseñado lo que es el amor propio. La escuela de arte me hizo mucho bien. 

En tus publicaciones siempre está presente una llamada al apoyo al arte local. ¿Cómo ves tú el escenario global en cuanto a la proyección de los artistas locales? 

Creo que ahora hay más posibilidades de publicar y darse a conocer, pero también hay mucha más competencia, que no tiene por qué ser malo, sino que puede ser un motivo más para esforzarse. Las redes sociales y los eventos están bien, pero falta más apoyo local. A mí, por ejemplo, me encanta el manga, y una de mis obra favoritas es la colección de libros de Las crónicas de Narnia, pero no estaría mal que también se fomentara la mitología canaria y ese tipo de cosas. Así como a los artistas canarios, porque creo que pueden salir cosas increíbles. 

«A los niños les digo que no se queden con la primera impresión» 

¿Qué les dices a los más pequeños en las charlas que das en los colegios? 

Les digo que es necesario acercarse a los demás, aunque sean diferentes. Que no se queden con la primera impresión. Vale cualquier gesto amigo. Que ningún niño se quede solo en el patio de recreo. Los chicos son muy receptivos, se quedan calladitos mientras yo les hablo. A los profesores les sorprende que se estén quietecitos y callados y me lo hacen saber. Hay madres que me han agradecido esas charlas. Eso es muy gratificante. 

¿En qué estás trabajando ahora mismo? 

Estoy con la historia de una chica que está a punto de entrar en la universidad para estudiar Historia y a la que le apasiona la historia de Canarias. Se desarrolla en la época de la pandemia. La chica sueña con un lugar que le resulta familiar y escucha una voz que le sugiere la necesidad de volver al origen. Y hasta ahí puedo contar. 

¿Qué desearías para 2023?  

 Salud. Que se acabara la guerra de Ucrania. Que todos los proyectos sigan adelante y que siga saliendo trabajo. Poder estar bien y feliz.  

Me uno al deseo de Sofía. La despido con un abrazo tan cálido como el que ella me regaló a su llegada. Llevo en el bolso una de sus barajas, un obsequio que me sorprendió gratamente. Lo guardo como un tesoro. El trabajo de una artista que merece ser reconocida por su buen hacer y por todo lo que le ha supuesto llegar hasta donde ha llegado. Yo le deseo de todo corazón el vuelo más alto. Sofía es una persona excepcional y una brillante ilustradora. Desde aquí repito su constante mensaje: la necesidad de que todos apoyemos el arte local. El amor la acompaña allá donde va, reflejado en el brillo de su mirada, y uno se siente como en casa en su presencia. Nos despedimos con el deseo sincero de volver a reencontrarnos. Estoy seguro de que así será. 

Obras de la autora

Tigrillo